Como ya estamos en pleno período electoral, el gobierno está empezando a hacer regalitos: el Real Decreto Ley 1/2015, de 27 de febrero (BOE del 28) es el primero. En lo que respecta a las medidas de carácter social, establece una reducción de cotizaciones a la seguridad social que sustituye a la vigente “tarifa plana” de cien euros para establecer que los primeros 500 euros de salario estarán exentos de cotizar. Los contratos que se acojan a esta reducción deben ser indefinidos, pero no importa si a tiempo completo o parcial, y deben implicar aumento de la plantilla de empresa. La reducción no afectará a las prestaciones de desempleo correspondientes al trabajador, lo que significa que el incentivo que se ofrece a los empresarios se hace a costa de las arcas de la seguridad social, que se ven mermadas en una cantidad altísima sin que nada lo compense: ni otro organismo público ni la proporcionalidad con las prestaciones derivadas de esa cotización reducida. No es que crea que deben reducirse los derechos de los trabajadores (en este caso eld erecho a la prestación derivada de la cotización a la seguridad social), pero no entiendo el por qué de este pedazo de regalo para los empresarios, y ya veremos cuánto empleo genera. Cuando vengan los recortes de pensiones, o de otras prestaciones de seguridad social, no nos podrá sorprender, porque en este mundo nada es gratis. Con algo habrá que pagar el drenaje de cotizaciones a la Seguridad Social que establece esta medida. Ah, sí, claro, entonces dirán que el sistema de Seguridad Social es insostenible y que tenemos que suscribir todos planes privados de jubilación, seguros de vida, etc. Qué despiste tengo, Dios mío.